Alejandro Bercovich interpretó el anuncio del gobierno argentino sobre el inicio de negociaciones para un tratado de libre comercio con Estados Unidos como parte del “precio” del salvataje financiero que Washington otorgó semanas antes de las elecciones.
Bercovich subrayó que lo anunciado “es apenas el anuncio de que va a empezar a entablarse una negociación para llegar a un tratado de libre comercio”, pero lo leyó en clave geopolítica. Según dijo, Estados Unidos “quizás esté apurando… para contestarle a sus críticos internos, que le están facturando cada vez más fuerte ese salvataje financiero a Milei”. Recordó además que los montos reales del auxilio “no quedaron claros”, y que “el grueso todavía no apareció”.
“Estados Unidos es competitivo con nosotros y no complementario”, afirmó Bercovich, y señaló que ni siquiera productos donde Argentina es proveedor habitual -como el limón para la industria de bebidas- aparecen beneficiados en este entendimiento preliminar. Recordó, incluso, que “apenas asumió Trump la vez pasada, lo primero que hizo fue bloquearnos el ingreso de los limones”.
Bercovich también cuestionó la asimetría regulatoria prevista: “Si la FDA aprueba un remedio, ya se va a poder vender en Argentina. La ANMAT ya no va a opinar”, citó sobre uno de los puntos del acuerdo marco. Y contrastó esa cesión con los escasos accesos logrados para productos argentinos de mayor valor agregado. “No hay una apertura de sectores de bienes de valor agregado. Sí hay una intención manifiesta de los Estados Unidos de comprar más minerales en Argentina”, resumió.
A la hora de evaluar el impacto laboral, fue tajante: “Lo que están entregando es de qué van a laburar nuestros hijos… la sensación al leer estas páginas es que vamos más a laburar en la plataforma que como ingenieros de producto”. Y agregó que, aun cuando la minería pueda generar algunos salarios altos, emplea poca gente y deja un interrogante abierto sobre cuánto queda en el país.
Hacia el cierre, Bercovich trazó un paralelismo histórico con el pacto Roca-Runciman. “Argentina hace casi 100 años ya le pasó algo muy parecido a esto”, advirtió. En su lectura, el país vuelve a atarse a “la potencia equivocada”, cediendo condiciones sin negociar beneficios equivalentes. Bercovich concluyó: “Estamos entregados igual que hace 100 años… Esta entrega no me extraña de Javier Milei… ni de Trump, que siempre, siempre lo que presta lo cobra por adelantado”.