
Alejandro Bercovich señaló que detrás de la ilusión de precios bajos impulsada por el dólar barato y la apertura importadora se esconde una fractura en el mercado laboral. Para él, la premisa de un país donde se compra más pero se trabaja menos es inviable: sin empleo no hay consumo posible.
Bercovich describió la “catarata de cierres” de empresas como Whirlpool, Georgalos, ILVA y talleres metalúrgicos, así como el achique de cadenas como Frávega. Estos casos, aseguró, “muestran que se está perdiendo ese equilibrio” básico entre producción y consumo. Aún más, ligó ese fenómeno a una caída de la actividad que comenzó a fines de 2023, siguió durante los primeros meses de 2024 y volvió a profundizarse con las tensiones cambiarias de mitad de año.
Según detalló, “270.000 empleados en relación de dependencia perdieron sus empleos y se fueron a hacer changas o a trabajar para las aplicaciones”, como la industria, la construcción y los servicios como los sectores más castigados. Incluso en rubros que crecieron en producción, como petróleo y minería, se verificó un retroceso: “se destruyeron más de 6.000 puestos de trabajo”. Bercovich graficó eso con la postal de Comodoro Rivadavia, donde el agotamiento del petróleo convencional generó una economía en retirada, con casas en venta y comercios que cierran.
El periodista cuestionó la “fantasía” de un país sostenido solo por el consumo y la renta de recursos naturales. “Se puede ser un país solo de consumidores… pero la verdad es que los dueños son muy poquitos y un país como Argentina no puede nutrirse solamente de esa renta”, señaló, y comparó la escala exportadora de acá con la de países como Canadá o Australia, que aun con niveles mucho más altos no renuncian a políticas de desarrollo industrial.
Asimismo, analizó la posición del empresario Paolo Rocca, quien ya advirtió que Argentina “no podía vivir solamente de esos nuevos rubros dinámicos de la economía”. Sin embargo, Bercovich resaltó que, mientras reconoce esa limitación, el líder de Techint también parece aceptar que habrá sectores que quedarán en el camino quedando “a los pies de Milei”.
“La elección de los ganadores y perdedores no puede ser caprichosa, cíclica, súbita, impredecible”, sostuvo Bercovich, y luego dijo que lo que hoy se observa es “una marchanta de ganadores y perdedores donde los primeros son muy poquitos y los segundos un montón”.