Alejandro Bercovich analizó el encuentro entre Javier Milei y Donald Trump, al que calificó como “una escena de obscenidad política y económica pocas veces vista”. Según el periodista, la reunión dejó en evidencia “una extorsión al electorado argentino” y un condicionamiento explícito de la ayuda estadounidense a los resultados de las próximas elecciones legislativas.
Bercovich subrayó el carácter inédito de esa dependencia. “Nunca había pasado que se formule de manera tan clara este condicionamiento, esta injerencia sobre asuntos internos que siempre existió de maneras más sutiles”, apuntó. Para el conductor de Pasaron Cosas, el episodio fue “una pornografía política”, una demostración sin disimulo del poder extranjero sobre la política.
El economista retomó además el perfil del expresidente norteamericano a partir de un pasaje del libro La Era de los Depredadores, de Giuliano Da Empoli. “Trump no lee nada, ni libros ni informes; funciona de manera verbal”, citó Bercovich, para luego remarcar que “en público, frente al gabinete de Milei, reconoció que si no ganan las elecciones legislativas, no van a estar por mucho tiempo”.
El periodista destacó la humillación implícita en ese intercambio: “Trump no se privó de decirle en la cara a Milei que en definitiva para Estados Unidos no es tan importante lo que pase con Argentina”. Y agregó que el magnate dejó en claro su mirada utilitaria al afirmar que la ayuda solo busca “ayudar a que una gran filosofía se apodere de un gran país”, pero que “no va a marcar una gran diferencia para nuestro país, aunque sí para Sudamérica”.
“Lo difícil de entender —siguió Bercovich— es que, a un presidente que dice America First, vaya a besarle los pies, como hizo ayer Milei, el presidente de otro país que sabe que no va a estar primero”. En esa misma línea, señaló que el ministro Luis Caputo “coronó la metamorfosis de la Argentina en una republiceta bananera” y fue “un paso más en la huillación” al declarar, tras la reunión, que esperaba “anuncios pronto del ministro de otro país sobre su economía”.
El editorial cerró con una advertencia: “La república bananera en la que nos han convertido estos tipos puede no incomodarlos, pero a la mayoría de los argentinos me parece que sí. Porque sabemos que, para Trump, America First y Argentina Banana Republic”.