
Alejandro Bercovich apuntó contra el show aéreo montado por el Gobierno para exhibir los F-16 recién adquiridos, al que calificó como la postal de un país que “monta un show de acrobacia aérea militar para defender la compra de chatarra importada”. Entre dudas sobre el estado real de las aeronaves, el costo de la operación y la pérdida de rumbo científico y geopolítico, el periodista trazó un panorama de “bananización” acelerada.
Bercovich sostuvo que el gobierno no es lo suficientemente transparente sobre estos aviones “que dejaron de fabricarse en los años 80”. También cuestionó la presencia del león libertario pintado en una de las aeronaves, recordando que existe “un decreto firmado por el propio Milei que prohíbe el adoctrinamiento político y la apropiación indebida de recursos públicos”.
El conductor de Pasaron Cosas advirtió que la autonomía de los F-16 “es de 1.900 kilómetros”, lo que reduce su radio de acción a la mitad y los deja sin capacidad para llegar y volver desde Malvinas, situadas a “más de 1.200 kilómetros del aeropuerto aeronaval argentino más cercano”. Esa limitación vuelve difícil de justificar la compra desde el punto de vista militar, sobre todo porque Reino Unido puede vetar repuestos y armamento.
Bercovich también señaló inconsistencias de precios al mencionar que Países Bajos transfirió 18 F-16 a Rumania “por 21 millones de dólares”, mientras Argentina pagó 300 millones por un lote similar.
Hacia el final, el periodista vinculó la compra militar con el ajuste al sistema científico. Denunció que el nuevo plan oficial “implica que no hay más financiamiento público de proyectos científicos… salvo 50 proyectos de ciencia aplicada”, lo que definió como “una sentencia de muerte para el 90% de la ciencia argentina”. Con un repaso de recortes presupuestarios y migración de investigadores, cerró: se trata de “un plan para hacernos full bananeros” en el que “nos condena a hacer lo que vamos en camino de ser, un país full full full bananero”.