Alejandro Bercovich reflexionó sobre la legitimación social del ajuste y celebró el surgimiento de nuevos dirigentes que, sin simular, instalan debates, hablan del capitalismo y del cotidiano con propuestas concretas.
A partir del reciente comentario de Fito Páez —“había procesos impostergables que realizar adentro de la economía argentina”—, Bercovich advirtió: “Eso no es ser disruptivo. Eso es estar a los pies de Milei”. Y rescató una idea del periodista Fernando Rosso: que lo que algunos llaman “autocrítica” no es otra cosa que lamentarse por no haber aplicado el ajuste de forma más “amable”.
En contraste, el conductor de Pasaron Cosas celebró la aparición de dirigentes que se atreven a proponer sin rodeos. Puso como ejemplo a Juan Monteverde, que ganó las elecciones en Rosario proponiendo desde hace años políticas concretas para resolver problemas reales como la seguridad, el acceso a la vivienda o el precio de los alimentos: “Los supermercados cobran muy cara la comida. Lo que hay que hacer es comida más barata producida por el Estado”, recordó que dijo Monteverde, y agregó: “Y no solo lo dice, lo hizo”.
También mencionó a Zohran Mamdani, un joven neoyorquino de 33 años, nacido en Uganda, que ganó las primarias del Partido Demócrata en Nueva York con un discurso en español, directo y sin simulaciones: “Voy a congelar los aumentos de renta, construir 200.000 viviendas asequibles y crear un ministerio de seguridad comunitaria”, prometió Mamdani.
Bercovich subrayó que este tipo de discursos no son “radicales” por ideología, sino por necesidad: “Quizás lo que hartó fue la política de la simulación. Y quizás también la ultraderecha habilitó propuestas más atrevidas del otro lado. Si ellos dicen que hay que vender niños o alquilar vientres, bueno, quizás ya no sea tan disparatado proponer que los ricos paguen su parte justa de los impuestos”.
“Hace falta ser más zurdos, más creativos y más audaces. No porque sí, sino porque para enfrentar esta crisis hace falta todo eso”, concluyó.