
Alejandro Bercovich puso el foco en el asesinato de Juan Gabriel González en la Villa 20 de Lugano y lo vinculó con un proceso más amplio de “hundimiento social” y violencia estatal contra los sectores populares. A partir del caso, denunció un nuevo episodio de gatillo fácil en la Ciudad de Buenos Aires y advirtió sobre un Estado que aparece en los barrios no para garantizar derechos, sino “repartiendo balas”.
Bercovich relató que “lo más impactante fue lo que pasó en la Villa 20 de Lugano, donde un policía de la ciudad asesinó a quemarropa a un vecino, Juan Gabriel”, y remarcó que las imágenes del hecho muestran a la víctima “sin armas, incluso sin remera, en cueros”, enfrentado a cinco efectivos. Según describió, tras los golpes y los macanazos, “finalmente le disparan, uno de ellos le dispara y cae muerto”.
El periodista recuperó el testimonio de familiares y vecinos que asistieron a Juan Gabriel tras el disparo y denunció el accionar policial posterior “Es otro caso de gatillo fácil responsabilidad de la policía de la Ciudad”, señaló. “No solo meterle un tiro”, dijo, sino también la detención de su pareja “por resistencia a la autoridad”, una situación que definió como parte de “lo que suele pasar con los pobres” cuando interviene la ley.
Desde allí, Bercovich sostuvo que el caso no puede leerse de forma aislada. Recordó otros hechos recientes y afirmó que “la noticia era el hundimiento social que estamos viviendo”, un deterioro que, según planteó, marca “una vuelta de página respecto de la miseria” y consolida abismos sociales cada vez más profundos.
En ese contexto, describió las fiestas en los barrios populares como espacios de encuentro y señaló el contraste con la respuesta estatal. “Uno podría decir que el Estado está ausente”, dijo, pero aclaró que en realidad “ahí está muy presente el Estado pero no garantizando nada de esto sino repartiendo balas”, mientras los delitos más graves siguen intactos.
Hacia el cierre, el periodista advirtió que lo ocurrido “le podría pasar a cualquiera” que viva en barrios de estas características y llamó a no mirar para otro lado. “No darles la espalda”, insistió, porque de lo contrario -alertó- la violencia y la desigualdad pueden terminar alcanzando a toda la sociedad.