
Alejandro Bercovich se refirió al presupuesto aprobado por el Congreso, al que definió como “un ajuste inédito” que consolida “una hoja de ruta del subdesarrollo”. Según planteó, el núcleo de la política económica actual se apoya en un recorte profundo que “afecta básicamente a jubilados, a beneficiarios de programas sociales y a todos los ciudadanos que utilizan la obra pública”, mientras se protege a los sectores más ricos y a los acreedores externos.
Bercovich describió el recorrido político que permitió la sanción del presupuesto tras “una rosca descomunal” que incluyó obras, fondos y cargos para algunas provincias, y sostuvo que el resultado fue “blindar” un ajuste que recae sobre áreas sensibles. En ese sentido, remarcó que “la obra pública fue la más afectada” y advirtió sobre las consecuencias concretas: rutas sin mantenimiento, falta de infraestructura y mayores riesgos para la población.
El editorial detalló que “uno de cada cuatro pesos del recorte que ahora blinda este presupuesto salieron de ahí”, en referencia a la obra pública. A eso se suma que “el 17% prácticamente del recorte fue en programas sociales” y “otro 17% recayó sobre los jubilados”, consolidando, según el análisis, un esquema de sacrificio concentrado en los sectores más vulnerables.
En paralelo, Bercovich señaló que el ajuste no alcanza a los grandes patrimonios. “La recaudación de bienes personales es la mitad de la que había en el gobierno anterior”, afirmó, y subrayó que se trata del único impuesto a la riqueza. Para el conductor, este esquema confirma que busca “sacrificar esta política económica para beneficiar a los ricos y a los acreedores”.
Además, citó la advertencia de un investigador que sostuvo: “La inversión en ciencia y tecnología va a ser de las más bajas si no la más baja”, y alertó que el país se encamina a “una sentencia de muerte claramente para cualquier país”. También denunció el desfinanciamiento de las escuelas técnicas y se preguntó: “¿qué van a hacer los pibes y las pibas en su ciudad en su pueblo que quieren laburar si no se pueden formar?”.
Por último, Bercovich afirmó que lo aprobado por el Congreso no expresa solo crueldad, sino “una receta para el desastre” y “una hoja de ruta del subdesarrollo”. Y concluyó que se trata de un rumbo que “una parte de la sociedad, ojo no la mayoría, un 40% parece haber avalado en las urnas”, pero cuyas consecuencias -advirtió- recién empiezan a sentirse.