
Alejandro Bercovich reflexionó sobre la vigencia del sindicalismo argentino y la importancia de la organización colectiva de los trabajadores, a partir de las elecciones en la CGT. “¿Pasó de moda el sindicalismo? ¿Ya fue? Bueno, yo no estaría tan seguro”, planteó el periodista, marcando que, pese a sus crisis y desgastes, la estructura sindical sigue siendo una herramienta de poder y defensa para los laburantes.
El conductor de Pasaron Cosas repasó el cambio de autoridades en la central obrera y el retiro de algunos gremios antes de la votación. Destacó que “la novedad del Congreso de ayer, además de los nombres, es que se retiraron antes de la votación los representantes de la UTA y de gastronómicos”, y explicó que esas ausencias respondieron a diferencias sobre el formato de conducción. Sin embargo, subrayó que, más allá de las internas, la CGT continúa representando algo que distingue a la Argentina en el contexto latinoamericano.
“Esa famosa CGT, como dice el cantito que le reprocha justamente ‘¿dónde está que no se ve?’, es algo que todavía distingue a la Argentina de muchos países de Latinoamérica”, remarcó Bercovich, valorando la tradición sindical peronista y la red de delegados y asambleas que aún sobrevive en los lugares de trabajo. Según el periodista, “la tradición sindical argentina está lejos de aparecer en color sephia”.
El economista también trazó un paralelo con el resurgimiento sindical en Estados Unidos, donde incluso en sectores como las universidades, la comida rápida o Hollywood, los trabajadores comenzaron a organizarse. Citó al nuevo alcalde de Nueva York, Mamdani, quien dijo en su discurso de victoria: “Estaremos junto a los sindicatos y ampliaremos las protecciones laborales, porque sabemos que cuando los trabajadores tienen derechos duros como el hierro, los jefes que buscan extorsionarlos se vuelven muy pequeñitos”.
En ese sentido, Bercovich vinculó esas transformaciones globales con la situación local: “Lo que pueden los sindicatos es lo que pudieron los aceiteros anoche, lo que pudieron los guionistas de Hollywood, lo que pudieron los empleados del Garrahan que arrancaron un 60 por ciento de aumento a estos fachos que los quisieron pasar por encima”. Para él, los hechos recientes demuestran que la organización colectiva sigue siendo la forma más efectiva de defensa frente a políticas antiobreras y de ajuste.
Para cerrar, Bercovich evocó una metáfora de Pedro Saborido que condensa su mensaje: “Esto es un fósforo. Si quiero, lo parto fácilmente. Pero si son quince fósforos juntos, por más fuerza que hagas, no los vas a poder quebrar”. Y concluyó que, aunque la CGT necesite renovarse y ampliar su representación, “la unidad sigue siendo lo que le da fuerza a los trabajadores en todo el mundo”.