Alejandro Bercovich analizó el anuncio del Gobierno que clausura definitivamente el proyecto de soterramiento del Tren Sarmiento, iniciado en 2008 y frenado desde hace más de cinco años.
“El Estado gastó una montaña de guita, la friolera de 420 millones de dólares y consumió 17 años de tiempo”, señaló el periodista, y recordó que la obra “no partió desde la necesidad de los usuarios del tren ni de los vecinos, sino que fue una iniciativa empresaria” vinculada a figuras como el exsecretario de Transporte Ricardo Jaime y a la constructora Odebrecht, condenada por corrupción en varios países.
Bercovich apuntó contra las responsabilidades compartidas de distintos gobiernos: “Tanto el kirchnerismo como el macrismo pagaron millones de dólares a contratistas extranjeras, incluida la empresa de Ángelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri”.
Para el conductor, la cancelación del proyecto “es un símbolo de la impotencia de un Estado que se jacta de esa impotencia y que dice ‘no podemos’”. Y agregó: “Lo que revela el soterramiento del Sarmiento como historia trunca es la improvisación que reina en Argentina en todos los estamentos del gobierno, empresariales y, en muchos casos, en la sociedad misma”.
También cuestionó el impacto que tuvo el proyecto como “tapón” para otras soluciones posibles, como viaductos o pasos a distinto nivel: “Da la sensación de que no hay nadie pensando en el que está arriba del tren ni en el que está en el auto trabado en la vía. Están todos pensando en el contrato o en la actualización de la obra para ver cómo chorean” o tomando la posición de impotencia, propia del Gobierno actual.
Finalmente, Bercovich opinó que terminamos “con una montaña de dólares mal gastados, con un montón de coimas cobradas por gente a uno y otro lado de la grieta y con una obra que estaba paralizada ya desde hacía más de 5 años, pero que Milei termina de enterrar como diciendo, ‘No, nosotros no podemos’.”