
Alejandro Bercovich analizó cómo el poder global está mutando bajo la influencia de la inteligencia artificial, las grandes tecnológicas y el retorno de Donald Trump a la escena política internacional. A partir del libro La hora de los depredadores del sociólogo suizo Giuliano Da Empoli, el periodista trazó paralelismos entre ese nuevo orden mundial y la coyuntura argentina.
“Vengo devanándome los sesos desde que el jueves, desde General Roca, les conté que el Tesoro de Estados Unidos intervenía directamente en el mercado cambiario argentino”, comenzó Bercovich, en referencia al desembarco financiero norteamericano en el país. “Después vino el anuncio de esta empresa subsidiaria de OpenAI, la creadora de ChatGPT, que dice ahora que va a invertir 25 mil millones de dólares… pero que tiene que ver también con lo que está haciendo el asesor de Trump juntándole diputados y gobernadores a Santiago Caputo”.
El conductor consideró que esa maniobra forma parte de un “abordaje obsceno” del poder global sobre la política local. “Nadie esperaba que fuera tan obsceno el abordaje de Estados Unidos, pero lo está haciendo y lo va a seguir siendo, según cree Da Empoli”, señaló, citando al autor.
Bercovich retomó una de las ideas centrales del libro: “El caos ya no es el arma de los insurgentes, es el sello del poder”. Y reflexionó: “Lo que destaca Da Empoli es realmente aterrador… la inteligencia artificial no tiene nada de democrático ni de transparente. Más que artificial, la IA es una forma de inteligencia autoritaria que centraliza los datos y los transforma en poder, todo en la opacidad más absoluta”.
Para el periodista, ese proceso global también explica el clima político argentino. “Solo cuenta el resultado. Como bien dice Milei, ¿cuál es la diferencia entre un loco y un genio? El éxito”, recordó. Según Bercovich, esa lógica se traduce en la idea de que “las reglas ya no son una garantía de libertad, sino un fraude de las élites”.
“El golpe de los depredadores recién empieza —cerró Bercovich—, y sí, en las elecciones se le puede hacer un poco de fuerza votando contra los fachos, pero seguramente va a haber que hacer mucha, pero mucha fuerza más.”