Los juegos de vajilla son esenciales en todo hogar. No hay día que pase que no se utilice un plato, un vaso, un cubierto o una fuente ya sea para preparar una comida o al momento de alimentarse.
Con materiales y diseños de todo tipo, la vajilla está expuesta a la erosión constante debido a su uso periódico sumado, en el caso de los platos, por ejemplo, a la utilización de elementos cortantes sobre ellos.
Cuidar y mantener la vajilla en perfecto estado o, al menos, prolongar al máximo este estado es una tarea sencilla si se toman algunos recaudos en cuanto a la limpieza y el almacenamiento, entre otras cuestiones.
Platos, vasos, fuentes y cubiertos pueden tener una mayor vida útil si se los trata con cuidado y, por eso, a continuación, se repasarán algunas consideraciones a tener en cuenta para que luzcan siempre como nuevos.
Platos
Probablemente, los platos son los que más desgaste diario sufren dentro del juego de vajillas.
Entre los materiales más comunes, los platos suelen venir en presentaciones de plástico, vidrio, cerámica o porcelana.
Los de plástico suelen ser los más económicos y resistentes en cuanto a golpes y caídas. Sin embargo, debido a las propiedades del material, al pinchar o, sobre todo, cortar sobre él es muy fácil dañarlo con pequeños cortes que pueden representar un posible daño para la salud al poder ingerir microplásticos.
Para lavar este tipo de platos, como así también los de cerámica o porcelana, se recomienda usar agua tibia con un detergente suave y una esponja que permita eliminar fácilmente los restos de comida, pero que no sea lo suficientemente abrasiva como para rayar la superficie. Esto aplica tanto para los platos de plástico que se pueden dañar con mayor facilidad así como también para los de cerámica y porcelana que suelen contar con detalles pintados.
En el caso de los platos de vidrio, lo mejor es lavarlos también con un detergente suave, pero con el agua a una temperatura superior así las gotas que puedan quedar en él se evaporan más rápido sin dejar marcas. Por ello, también, es recomendable secarlos bien con un paño para que no quede ningún rastro de manchas de agua.
Un aspecto a tener en cuenta tanto para los platos de cerámica, porcelana o vidrio a la hora de lavarlos es evitar los choques de temperatura: lavarlos con agua caliente y, de golpe, sumergirlos en agua fría puede ser motivo de roturas.
Para quienes usan lavavajillas, en el caso de los platos de cerámica o porcelana es recomendable usar ciclos suaves con el fin de evitar un exceso de temperatura. En el caso de los platos de vidrio, el cuidado debe estar en la colocación con el fin de prevenir golpes y roturas.
En cuanto al almacenamiento, es mejor guardar los platos en lugares secos y que no estén expuestos a golpes y caídas: el cajón que se abre varias veces al día, no es la mejor opción. A su vez, para aquellos platos que se usan para ocasiones especiales se puede aplicar un fieltro entre cada plato que evitará rayones y le dará mayor protección
Cubiertos
Debido a su uso intenso, los cubiertos también están expuestos a la erosión diaria, aunque la calidad de sus materiales permite que puedan tener una vida útil más prolongada.
En la actualidad, los cubiertos de acero inoxidable son los más utilizados debido a la relación precio calidad. Sin embargo, los utensilios de plata o de cobre también suelen estar presentes en algunos hogares, principalmente, para cenas navideñas o con invitados.
En el caso de los cubiertos de acero inoxidable, se recomienda lavarlos con agua tibia y detergente lo antes posible posterior a su uso para facilitar el retiro de los restos de alimentos. Además, es mejor secarlos con un paño para que no les queden marcas de agua.
Los cubiertos de plata requieren un cuidado mayor. Para ellos, existen limpiadores específicos que evitan las rayas y mantienen el brillo. Agua y bicarbonato de sodio también es una opción más a mano. Sí es importante que no queden expuestos durante mucho tiempo al aire ya que atenta contra su brillo.
Los de cobre pueden limpiarse con una mezcla de sal con vinagre que permitirá que mantenga el brillo. Además, es recomendable secarlos bien para que queden libres de cualquier mancha.
Con respecto al uso de lavavajillas, los de acero inoxidables son aptos, no así los de plata o cobre que pueden perder su brillo.
Al momento de almacenarlos, lo mejor es depositarlos en compartimentos separados así no se rayan y, en el caso de los cubiertos de plata, lo mejor es cubrirlos con un paño para que no se oxiden.
Otro consejo es evitar que queden en remojo durante mucho tiempo dado que se pueden manchar.
Vasos
En el caso de los vasos, entre los materiales más comunes están los de plástico (ideales para cuando hay niños en el hogar), vidrio o cristal.
Al momento de lavarlos, es recomendable lavarlos con agua tibia o caliente y detergente suave. A su vez, a los de vidrio y cristal es mejor secarlos manualmente con un paño para que no queden marcas de agua. Todos son aptos para lavar en el lavavajillas, procurando que los de vidrio o cristal no estén en contacto con otros elementos.
Al igual que ocurre con los platos de cerámica o porcelana, los cambios bruscos de temperatura pueden romper los vasos de vidrio o de cristal, por lo que es importante tener cuidado al manipularlos.
En el caso de que presente manchas de una bebida específica, como puede ser el vino o algún trago, es posible removerlas combinando agua con vinagre.
Por último, la manera correcta de almacenarlos es sin apilar uno dentro de otro, ya que pueden partirse, además deben colocarse boca abajo para que no acumulen polvo en su interior.
Fuentes
Las fuentes son ideales para presentar y servir los distintos platos que se preparen. Mayoritariamente, estas vienen haciendo juego con los platos y otros elementos, siendo cerámica, vidrio o acero inoxidable los principales materiales.
Al igual que con los platos, las fuentes de vidrio o cerámica deben lavarse con agua tibia a caliente y detergente suave sin esponjas muy abrasivas.
Las de acero inoxidable es mejor lavarlas con agua caliente y secarlas inmediatamente para que no queden esas molestas marcas de agua.
Aunque los tres materiales resisten el lavado en lavavajillas, a las de acero inoxidable es mejor lavarlas a mano para mantener su brillo original.
Por último, como a los platos, lo ideal es almacenarlas separadas con un fieltro para que no se rayen.
Últimas consideraciones
Aunque algunos tienen un uso más erosivo que otros, cuidar la vajilla para que luzca impecable y como nueva no es una tarea imposible.
Siguiendo estos consejos de lavado y almacenamiento, la vajilla durará mucho más tiempo luciendo siempre como nueva.
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