
Ernesto Tenembaum destinó su editorial de este martes a las incoherencias políticas y económicas del Gobierno de Milei. En el arranque, el conductor de YAQPA se detuvo en la polémica alrededor de Claudio “Chiqui” Tapia y la repentina ola de denuncias por corrupción en el fútbol argentino.
Sin negar los cuestionamientos al presidente de la AFA, el comunicador subrayó las omisiones llamativas en el tratamiento mediático y político del tema: figuras como Daniel Angelici, con un rol histórico clave en la AFA, la CONMEBOL y el entramado judicial, prácticamente no aparecen en las críticas actuales. Para Tenembaum, esa selectividad no es casual y habla de cómo se construyen ciertas denuncias según el momento y los intereses en juego.
La denuncia de Patricia Bullrich ante la Comisión de Ética de la CONMEBOL fue otro de los ejes analizados. El periodista puso el foco en quiénes integran esa comisión, entre ellos jueces y funcionarios con vínculos políticos evidentes, y cuestionó la idea de que se trate de un ámbito “neutral” o ajeno a las disputas de poder. En ese contexto, advirtió sobre el riesgo de consumir relatos simplificados que dejan afuera a actores centrales del sistema.
Un plan económico improvisado que muestra sus fallas
Ya en el plano económico, el editorial avanzó sobre el reciente anuncio del Gobierno respecto al cambio en el esquema de bandas cambiarias. Para Tenembaum, la decisión de modificar el mecanismo que regula el dólar implica, más allá del tecnicismo, un reconocimiento implícito de que el esquema anterior no estaba funcionando. El contraste con las declaraciones previas del ministro de Economía, que defendía con firmeza esas bandas apenas semanas atrás, refuerza la idea de un plan que se ajusta sobre la marcha.
Sin embargo, el punto más contundente llegó con los datos de inversión y empleo. Según cifras oficiales y análisis de consultoras privadas, la inversión extranjera directa es negativa por primera vez en más de 22 años. No se trata solo de que ingresen menos dólares: directamente se van más capitales de los que llegan. Para un gobierno que sostiene una visión ortodoxa, según la cual la inversión es el motor inicial del crecimiento, el dato representa un golpe directo al corazón del modelo.
El deterioro también se refleja en el mercado laboral. Tenembaum remarcó la caída sostenida del empleo registrado, tanto en el sector privado como en el público y en el trabajo en casas particulares. Incluso los sectores señalados como los grandes ganadores del modelo, como petróleo y minería, muestran destrucción de puestos de trabajo: lo que se crea en Vaca Muerta o en el litio no alcanza a compensar lo que se pierde en otras cuencas y actividades.
En ese marco, el periodista cuestionó con dureza el discurso presidencial que asegura que el Gobierno no “elige ganadores”. A lo largo del editorial, enumeró decisiones concretas, como la reforma laboral, beneficios impositivos, los cambios en indemnizaciones y el RIGI que, en la práctica, favorecen sistemáticamente a los sectores más concentrados y a las grandes empresas, mientras ajustan sobre trabajadores, jubilados y el Estado.
Tenembaum también repasó críticas técnicas a la reforma laboral, incluso provenientes de exfuncionarios vinculados a gobiernos liberales, que advierten que las modificaciones benefician a las grandes empresas pero no resuelven los problemas estructurales del empleo informal ni de las pymes. Lejos de generar más trabajo, el riesgo es profundizar la desigualdad y debilitar la protección social.
El editorial cerró con una reflexión de fondo: si no hay inversión, no hay empleo y no hay crecimiento, modificar apenas el techo de las bandas cambiarias difícilmente alcance. Para Tenembaum, los datos muestran que el problema no es un ajuste puntual, sino un enfoque general que no está dando resultados y que empieza a exhibir fisuras cada vez más visibles.