
En su editorial de este lunes en YAQPA, Ernesto Tenembaum trazó un recorrido que unió tres ejes que se cruzan en el clima político y económico actual: el fútbol como escenario de poder, la lógica interna del gobierno de Javier Milei y una economía que empieza a mostrar signos crecientes de tensión.
Tenembaum inició su análisis con dos episodios deportivos que marcaron la agenda del fin de semana: la definición del torneo local y el sorteo del Mundial 2026. Más allá de lo estrictamente futbolístico, el periodista subrayó que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) volvió a quedar ubicada en el centro de un entramado de intereses que incluye negocios internacionales, diplomacia informal y vínculos con figuras como Donald Trump.
Según explicó, estos movimientos muestran cómo el fútbol continúa funcionando como un espacio donde se proyectan tensiones políticas y económicas que exceden largamente a la pelota.
Milei frente a su propio dogma económico
El segundo tramo del editorial se enfocó en Javier Milei. Tenembaum volvió sobre una frase reciente del presidente que generó ruido incluso en sectores afines: la admisión de que su teoría sobre la inflación “siempre y en todo momento” no logra explicar la dinámica actual de los precios.
Para el conductor de Radio Con Vos, esa declaración expone una contradicción profunda del Gobierno. Mientras el discurso oficial asegura que la inflación está “derrotada”, la realidad cotidiana y los datos económicos muestran un escenario mucho más complejo. Las expectativas, la incertidumbre política y los efectos de la recesión golpean a un modelo que prometía orden pero convive con señales crecientes de desgaste social.
Tenembaum también repasó los principales focos de tensión económica: la estrategia de emisión de deuda del ministro Luis Caputo, el conflicto con la provincia de Buenos Aires, la caída del consumo, los despidos en distintos sectores productivos y el frenazo en áreas estratégicas como ciencia y técnica.
“Hay un país real que no coincide con el relato optimista del Gobierno”, planteó Tenembaum. Para él, la discusión ya no pasa solo por la herencia recibida, un recurso central del discurso oficial, sino por la capacidad del Ejecutivo para sostener un programa que, en la práctica, no está logrando estabilizar las variables clave.