
El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, ofició una misa por el Papa Francisco tras conocerse la noticia de su muerte. “Se nos murió el padre de todos, el padre de toda la humanidad, que insistió una y mil veces con que en la Iglesia debía haber lugar para todos“, dijo, al comenzar la ceremonia.
Desde la Catedral Metropolitana, García Cuerva dirigió el homenaje a partir de las 8:30 de la mañana. “Nos cuesta todavía entender qué significaba este para todos, pero quizá hoy podamos descubrir que un padre se preocupa de todos sus hijos. Quiere que en casa haya lugar para todos, especialmente para los más frágiles, los más necesitados, los más discriminados“, destacó el arzobispo.
“Por eso también se nos murió, se nos fue, el papa de los pobres, de los marginados, de los que nadie quiere o en todo caso los que muchos excluyen“, remarcó luego.
Además, agradeció a Dios por la vida de Jorge Bergoglio, por su legado, y sostuvo “que ahora todos nosotros tenemos que ser un poco Francisco, tomar conciencia de que en la Iglesia tiene que haber lugar para todos, y no discriminar ni dejar a nadie afuera. Siempre estar atentos a nuestros hermanos más pobres, a los marginados, a los que nadie quiere, a ese rostro sufriente de Cristo en los crucificados de hoy“.
En esa línea, García Cuerva llamó a “ser más misericordiosos entre nosotros” y lanzó un fuerte mensaje a la sociedad argentina: “El mejor homenaje que le podemos hacer los argentinos a Francisco es unirnos, tender puentes, dialogar, dejar de enfrentarnos todo el tiempo. Porque si es el padre, qué mayor dolor para un padre que ver a sus hijos divididos”.