
Alejandro Bercovich analizó las consecuencias políticas de la tragedia por el fentanilo contaminado que ya dejó más de cien muertes y decenas de personas con secuelas. El periodista señaló responsabilidades no solo en el laboratorio HLB Farma, sino también en el Estado y en la figura del ministro de Salud, Mario Lugones.
Bercovich recordó que el fentanilo contaminado con una bacteria mortal fue distribuido en más de 30.000 ampollas y advirtió que “se le empiezan a sumar las responsabilidades de quienes debieron controlar la trazabilidad de ese fentanilo y también de quienes debieron sacar de circulación esas mismas ampollas cuando salieron las primeras alertas”.
En ese marco, Bercovich explicó que hay dos peritajes clave en curso: uno del Cuerpo Médico Forense para determinar la relación causal entre las infecciones y las muertes, y otro del Malbrán sobre la producción misma del fentanilo. Los resultados, sostuvo, serán determinantes para definir la situación de los procesados, entre los cuales podrían figurar funcionarios.
Según el periodista, esto explica el cambio de actitud del Gobierno, que pasó de colaborar con la investigación a presionar al juez Kreplak. “Salió esta comunicación de Adorni diciendo que el juez tenía que meter preso a alguien ya, que si no lo iban a recusar. Algo que criticaron absolutamente todos los constitucionalistas”, sostuvo.
Bercovich también apuntó contra Mario Lugones, ministro de Salud: “Lo sacaron a jugar recién el viernes pasado después de tres meses en los cuales las familias clamaron por justicia. Es un ministro que debió haber dado explicaciones mucho antes por otras cuestiones. También está hasta las tetas Lugones, pero está hasta las tetas el gobierno con esta situación”.
El conductor recordó además los vínculos políticos de Lugones y señaló que “tiene muchas explicaciones para dar”. Concluyó que el ministro “está hasta las tetas en esta situación” y que el gobierno, al intentar desplazar al juez Kreplak, deja en evidencia la magnitud política de la tragedia.