En un paso fundamental para la preservación de la memoria histórica y la lucha contra el antisemitismo, el Museo del Holocausto de Buenos Aires y la Corte Suprema de Justicia de la Nación firmaron un convenio de cooperación para capacitar a funcionarios judiciales sobre la Shoá. Este acuerdo representa un hito en el compromiso del sistema judicial con la transmisión del pasado y la concientización sobre las consecuencias del odio.
La firma del convenio se realizó en la Sala de Audiencias del Palacio de Justicia, con la participación del presidente del Museo del Holocausto, Marcelo Mindlin, y los jueces de la Corte Suprema Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. A través de este acuerdo, ambas instituciones se comprometieron a desarrollar actividades de capacitación, investigación y difusión sobre el Holocausto, incluyendo visitas al museo.

“Este convenio es un punto sobresaliente en la historia de nuestra institución”, afirmó Mindlin. Y continuó: “Que la Corte Suprema, y particularmente su presidente Horacio Rosatti, nos acompañe en este día, nos da una enorme satisfacción y nos indica que este es el camino a seguir para cumplir la misión del Museo de mantener viva la memoria de la Shoá. Es sin dudas una señal muy importante de cara a la presidencia argentina de la IHRA en 2026”.
La importancia de este convenio radica en su impacto a largo plazo: capacitar a quienes imparten justicia en el país sobre las lecciones del Holocausto no solo refuerza el compromiso con la memoria, sino que también fortalece la defensa de los derechos humanos y el respeto a la diversidad. La historia nos enseña que el olvido es terreno fértil para la repetición de los errores del pasado, y es por ello que el trabajo del Museo del Holocausto adquiere una relevancia ineludible en la Argentina de hoy.

Desde su fundación en 1994, el Museo del Holocausto de Buenos Aires ha sido un faro de memoria y educación, preservando testimonios, objetos y documentos que relatan la historia del genocidio perpetrado por el nazismo contra seis millones de judíos. Su labor no solo se orienta a la conservación del pasado, sino también a la concientización sobre el antisemitismo, la discriminación y el racismo en la actualidad.