En este programa hablamos sobre crisis educativa, marcas de género y falacias argumentativas.
Para analizar las marcas de género en el lenguaje, Karina Galperin, doctora en Lenguas y Literaturas Romances de la Universidad de Harvard, Directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad Di Tella y el lingüista y lexicógrafo Santiago Kalinowski, Director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras, explican qué intereses hay detrás de la polémica por el uso de la X, el @ o la E. ¿Es posible prohibir las transformaciones de una lengua? ¿Qué conceptos teóricos y que falacias encierra este debate? ¿Cuál es el sentido de la prohibición del uso de marcas de género por parte de “lxs, les, l@s” docentes? ¿Qué derechos se ven vulnerados con esta resolución?
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A continuación, algunas de las ideas principales en la voz de de sus protagonistas:
Ante la profunda crisis que atraviesa el sistema educativo de la cual las políticas públicas deben hacerse cargo ¿Cuál es el sentido de emitir desde el estado una resolución que anuncia la eliminación de las E, X, @ como marcas de género por complicar los procesos de aprendizaje?
Santiago Kalinowski, Director del Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas de la Academia Argentina de Letras
“Lo más sorprendente de todo es que existe un villano. Un villano que está demostrado, me refiero al efecto calamitoso que tuvo la pandemia sobre el aprendizaje. Eso sí está estudiado. Las personas que hacen psicolingüística lo han estudiado de distintas maneras y en distintos momentos de la pandemia. Relatan que los resultados son alarmantes. (…) Eso es un resultado directo de no haber tenido acceso al espacio de la escuela, no haber tenido acceso a la enseñanza virtual, porque ahí hay una desigualdad muy grande que tiene que ver con una cantidad muy grande de factores sociales, vulnerabilidades que tienen los alumnos y las alumnas en su vida cotidiana. (…) Si no solucionamos que los chicos estén tranquilos, que tengan alimentación, una casa, un lugar donde hacer la tarea, un montón de factores que intervienen, es un fenómeno muy complejo que el uso de la E, X, @. Acá hay un reduccionismo grosero que me parece alejado de cualquier interés por el bienestar de los alumnos y las alumnas. No tiene absolutamente nada que ver con eso, no es un diagnóstico adecuado. Sobre este tema yo no expreso la postura institucional de la Academia Argentina de Letras, hablo como lingüista. Los lingüistas tratamos de describir lo que hacen los hablantes con la lengua. No nos importa en absoluto, no es relevante decirles a los hablantes lo que tienen que hacer o lo que tienen que dejar de hacer. Eso no es lingüística, es otra cosa.”
Karina Galperin, Directora de la Maestría en Periodismo de la Universidad Torcuato Di Tella
“No hay ningún basamento, ninguna evidencia. A mí me parece una medida muy infundada. De hecho uno podría pensar en la misma línea, por qué no, que a los chicos de las escuelas de CABA los confunde estudiar inglés. Nos parecería a todos disparatado. A mí me parece que esa es la misma línea de la hipótesis acerca de que confunde a los estudiantes que sus maestras y maestros de vez en cuando utilicen el inclusivo. Además en esa normativa también se les dice a los docentes que tampoco deben utilizar el inclusivo en las comunicaciones con los padres, pero no veo cómo podría interferir o confundir a los niños. De modo que me parece que la normativa tiene que ver con otras cosas que no tienen nada que ver con ese fenómeno lingüístico. Y es más, a mí me parece que es una medida que se pierde una gran oportunidad pedagógica, una oportunidad de llevar esto que está ocurriendo en la lengua a una discusión en el aula, se podría incluir en la currícula, en la enseñanza de género en lengua. Y sin embargo, eso tampoco va a ocurrir y sería algo muy rico.”
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