En la mesa de Romina Manguel en No Dejes para Mañana, se debatió sobre el alcance político y social de la movilización que se realizó en apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, tras la confirmación de su prisión domiciliaria. Hubo una pregunta que sobrevoló todo el análisis: “¿Se va a armar quilombo si la tocan a Cristina?”
“Hay una sensación de que se enfrentaron al peor temor. La tocaron. ¿Y qué pasó? Hubo una plaza llena. Pero, ¿y mañana? ¿Y pasado?”, planteó Manguel. Según ella, la movilización fue significativa, pero no alcanza a representar en las calles el temor que generaba esa frase que se repitió durante años. “No se prendió fuego todo, pero sí hay muchas acciones en la calle, como cortes de ruta o micromilitancias”, replicó Esteban Rafele.
También analizaron la reacción del peronismo y sus posibilidades de reorganización a partir de este escenario. “Si esto se transforma en un peronismo unido con decisión de salir a la calle, puede ser otra cosa”, reflexionó Agustín Álvarez Rey. En ese sentido, mencionó la idea de “desgastar a Milei” como una posible estrategia desde el arco opositor, apuntando a acompañar a jubilados, docentes y estatales.
Sobre el acto en Plaza de Mayo, hubo comentarios sobre su simbolismo y puesta en escena. “Increíble la sensación de ver gente aplaudiendo un parlante. Aplaudían una voz, una bandera, una idea”, dijo Álvarez Rey. La transmisión oficial enfocó a la multitud y no a una conducción visible: “Cristina está presa. No hay alguien que ocupe ese lugar. Entonces, se muestra al pueblo”, interpretó Rafele.
La pregunta que quedó flotando al cierre del programa fue una sola: ¿quién podría ocupar ese lugar hoy?