En diálogo con No dejes para mañana, el programa de Romina Manguel, el sacerdote Francisco “Paco” Olveira, de Curas en Opción por los Pobres, relató los hechos de violencia que sufrió durante la represión a la marcha de jubilados frente al Congreso, este miércoles por la tarde.
Como todos los miércoles, las fuerzas de seguridad intervinieron con el “protocolo antipiquete”, lo que terminó con manifestantes jubilados heridos —entre ellos el propio cura—.
“Hoy la pasé bastante mal. Me lastimaron fuerte, me pegaron con saña. Rompieron lo que para mí es un símbolo sagrado, mi estola. Me la sacaron del cuello con maldad y la rompieron. Nos pegaron y gasearon en la vereda”, relató Olveira, quien se acercó a la manifestación con la intención de rezar junto a los jubilados.
“Ibamos a rezar en la vereda del Anexo de Diputados. Se encontraron los jubilados con todo vallado. Parece que la policía le tiene miedo a los curas”, ironizó. Y apuntó con dureza contra el Gobierno nacional: “Festejan que bajó la inflación, pero la realidad va por otro lado. El 30% de este ajuste son los jubilados y jubiladas”.
Lejos de mostrarse intimidado, el padre Paco remarcó su compromiso con los sectores más postergados. “No me van a domar. Mi fe me dice que tengo que estar al lado de los ultrajados de la historia. Ellos quieren domarnos y mostrar la fortaleza de la represión cada miércoles”.
También se refirió a la situación que atraviesa como parte del movimiento de Curas en Opción por los Pobres en los barrios más vulnerables: “Yo ya no vivo con pobres, vivo con indigentes. Es un paso muy fuerte. La mayoría de nuestros comedores están cerrados. No recibimos alimentos. Hoy no hay Estado”.