El paro general convocado por la CGT generó reacciones opuestas: mientras los gremios lo consideraron una muestra de fuerza y unidad, el Gobierno de Javier Milei lo tachó de “extorsión y apriete”. La medida de fuerza impactó en distintos sectores del país y reavivó la tensión entre el oficialismo y el sindicalismo.
El cosecretario general de la CGT, Héctor Daer, aseguró que el paro fue un “éxito rotundo” y destacó la adhesión de sectores clave como la industria, el transporte y los servicios. “Fue una demostración contundente de que el movimiento sindical tiene una agenda clara para mejorar las políticas de ingreso del país”, afirmó en conferencia de prensa.
Además, cuestionó la campaña del Gobierno contra la medida de fuerza y la comparó con “métodos maniqueos utilizados en tiempos de dictadura”. Sobre los incidentes en algunas líneas de colectivos que operaron con normalidad, aclaró que “nada tienen que ver con los trabajadores ni con las organizaciones sindicales”.

Desde la Casa Rosada, el oficialismo minimizó el impacto del paro y lo presentó como una acción de “la casta sindical kirchnerista”. El vocero presidencial, Manuel Adorni, publicó un mensaje en su canal de WhatsApp en el que sostuvo: “Este es el paro de los Moyano, que por tercera vez dejan sin trabajar a millones de argentinos”.
Adorni también difundió la línea 134 para denunciar presiones a trabajadores que querían presentarse a sus puestos. En paralelo, el Gobierno publicó una foto del Gabinete reunido, como gesto de firmeza frente a la protesta.