
En su editorial de hoy en YAQPA, Ernesto Tenembaum dedicó buena parte de su análisis a lo que definió como “el modo en que Claudio Chiqui Tapia ejerce el poder dentro de la AFA”. El periodista trazó un panorama crítico sobre el funcionamiento interno del fútbol argentino, al que describió como un entramado donde las arbitrariedades, los silencios y el disciplinamiento conviven con total naturalidad.
El disparador fue el reconocimiento que recibió el periodista Gustavo Grabia por su trabajo de investigación. Tenembaum destacó que, durante años, Grabia quedó prácticamente solo en la tarea de exponer los manejos oscuros dentro de la AFA. Para él, la reciente sanción contra Estudiantes de La Plata y el fuerte castigo a Juan Sebastián Verón forman parte de una lógica más amplia: la de enviar un mensaje a todo el sistema.
“Hay un poder que funciona como un pequeño reino”, advirtió el conductor, al señalar la falta de explicaciones claras sobre los criterios de sanción y la ausencia de voces que se animen a cuestionar públicamente a la dirigencia. En su lectura, la estructura actual desalienta la disidencia y premia la obediencia: “Se castiga al que se sale de la fila, no al que incumple las reglas”.
En la segunda parte del editorial, Tenembaum viró hacia la economía. Allí apuntó contra la lectura oficial que celebra indicadores de crecimiento. Según explicó, los números positivos están concentrados exclusivamente en el sector financiero, mientras que la industria, el comercio y otras ramas productivas continúan en retroceso. Para el periodista, esto configura una paradoja: “Se habla de recuperación, pero la economía real sigue frenada”.
Tenembaum insistió en que estos contrastes deben leerse con cuidado, porque muestran un país que crece en las estadísticas vinculadas a la especulación, pero que todavía no encuentra un impulso en la actividad cotidiana. “No es una discusión técnica —marcó—, es una discusión sobre cómo se vive y sobre quiénes se benefician”.