En su editorial en Radio Con Vos, Ernesto Tenembaum puso bajo la lupa los últimos datos oficiales sobre pobreza y salarios, y planteó una serie de interrogantes que atraviesan hoy a la sociedad argentina: ¿mejoró realmente la situación económica o las estadísticas no reflejan lo que se vive en la calle? ¿Por qué Javier Milei capitaliza el malestar social? ¿Qué está fallando en el sistema económico global?
A partir de cifras difundidas por el INDEC, Tenembaum advirtió que existen inconsistencias difíciles de explicar entre los indicadores oficiales y la experiencia cotidiana de amplios sectores de la población. En particular, llamó la atención sobre el crecimiento de los ingresos informales muy por encima de la inflación, un fenómeno que contrasta con la caída del consumo de alimentos básicos y el deterioro del poder adquisitivo.
“Si los salarios informales crecieron tanto, ¿por qué cae el consumo de carne, leche y productos esenciales?”, se preguntó el periodista, al remarcar que ese desfasaje genera desconfianza en amplios sectores de la sociedad. En ese sentido, sostuvo que el problema no es solo metodológico, sino político: cuando los números no coinciden con la percepción social, se erosiona la credibilidad de las instituciones.
Milei y una derecha distinta a la europea
En el plano internacional, Tenembaum retomó una conversación con el periodista español Carlos Cué para analizar el fenómeno Milei en clave comparada. A diferencia de lo que ocurre con las derechas radicalizadas en Europa o Estados Unidos, el conductor sostuvo que en Argentina el voto a Milei no estuvo impulsado centralmente por el odio o el rechazo a minorías, sino por una crisis económica persistente.
Según planteó, Milei llega al poder como expresión de una bronca acumulada frente a la inflación, la pérdida de ingresos y la falta de expectativas, más que como resultado de una agenda cultural o identitaria extrema.
Un malestar global: capitalismo, vivienda y futuro
Finalmente, el conductor amplió la mirada hacia un problema estructural que excede a la Argentina y advirtió que en gran parte del mundo occidental se está rompiendo una promesa básica del sistema: la posibilidad de que cada generación viva mejor que la anterior.
La dificultad para acceder a la vivienda, la precarización laboral y la sensación de estancamiento social aparecen como factores clave del desencanto contemporáneo. En ese contexto, sostuvo, emergen liderazgos disruptivos que canalizan frustraciones profundas, aun cuando no ofrezcan soluciones claras o sostenibles.
Tenembaum cerró su editorial con una advertencia: mientras la política no logre reconstruir un horizonte de progreso creíble, la distancia entre los datos oficiales y la realidad percibida seguirá alimentando la desconfianza y la volatilidad política.