
“Hay un esquema de poder que desde el 2015 es dominante en Argentina”, señaló Tenembaum en su editorial de este jueves, y afirmó que se trata de un esquema que “tiene jueces, tiene muchos periodistas y tiene dirigentes políticos”. En concreto, el conductor de YAQPA aludió a las agresiones constantes hacia los kirchneristas y la incapacidad general de dialogar con quien piensa diferente.
“La forma de dirigirse a los que quedan afuera, que estuvo simbolizada en el acto de ayer, es muy despectiva y agresiva”, observó Tenembaum por Radio Con Vos. “Los que son el poder dominante, ¿qué hacen con los otros, con ese 40%? Los tratan mal, los desprecian, los ningunean, y a mí no me parece que así se construya un país. Vos podés negociar, discutir, pero tenés que reconocer que el 40% de la sociedad existe y no son monos, negros llevados por colectivos a actos donde no quieren participar“, siguió.
A continuación, agregó que esa lógica se ve mucho en televisión, donde “algunos personajes” tienen “una licencia para agredir al que no piensa como ellos, o al que está con Cristina, que es permanente desde hace años”. Para dar un ejemplo concreto, mencionó los insultos de Ignacio Ortelli contra Pablo Echarri, registrados antes de ayer. El periodista se desquitó contra el actor, que estuvo presente en las afueras de la casa de Cristina Kirchner, llamándolo “chanta” y despreciándolo como profesional.
“Le ponés un micrófono para agredirlo”, lamentó Tenembaum tras reproducir el audio de lo ocurrido, y sostuvo que, en todo caso, hubiera sido mejor que no lo fuera a buscar, o que también llamara a alguien que pensara distinto de Echarri, o que lo invitara a charlar: “Se dialoga con el otro”, afirmó.
“Tenés un montón de personajes así que hacen carrera agrediendo. Eso hacía antes el kirchnerismo, pero hoy no es la mirada dominante. Y hace tanto daño. Hay una lógica industrial ahí, que es que sólo sos alguien si gritás porque sólo si gritás medís“, se explayó el periodista.
Finalmente, recalcó que quienes agreden de esta manera generan “malestar” y acusan de agresivos a quienes los insultan luego, como si ellos no hubiesen agredido en primer lugar. “Es una trampa permanente que les hace mucho daño a todos, al periodismo ni que hablar”, consideró Tenembaum.