
En su editorial de este miércoles en ¿Y Ahora Quién Podrá Ayudarnos?, Ernesto Tenembaum analizó el reciente descarrilamiento del tren Sarmiento y lo vinculó con un problema mucho más profundo: la corrupción estructural y la desidia crónica del Estado argentino.
“Cada accidente ferroviario es un espejo de lo que somos. Un país que gasta millones en obras que nunca terminan y que, cuando ocurren tragedias, solo se indigna por unos días”, sostuvo el periodista.
Una historia de obras inconclusas y promesas rotas
Tenembaum recordó los distintos proyectos que a lo largo de las últimas décadas buscaron modernizar el Sarmiento, desde las promesas de Néstor Kirchner hasta el soterramiento impulsado por Cristina Kirchner y Mauricio Macri. Ninguno de ellos, señaló, logró completarse.
“El soterramiento del Sarmiento fue la obra más cara y más inútil de la democracia. Miles de millones de dólares enterrados —literalmente— sin que los trenes mejoren su servicio ni la gente viaje más segura”, expresó.
El conductor destacó que detrás de cada intento de mejora hay un entramado de negocios, sobreprecios y desvíos de fondos, donde se repiten nombres y empresas más allá del color político del gobierno de turno.
Del pasado al presente: la mirada sobre el gobierno de Milei
En su análisis, Tenembaum también apuntó al gobierno de Javier Milei, al señalar que el ajuste actual y la paralización de la obra pública no hacen más que profundizar los riesgos en un sistema ferroviario ya deteriorado.
“El discurso del ‘no hay plata’ puede sonar razonable, pero si no hay inversión ni mantenimiento, el resultado es el mismo: más accidentes y más vidas en peligro”, advirtió.
El periodista cerró su editorial con una reflexión amarga: “La corrupción estructural no tiene ideología. Es la verdadera coalición que gobierna la Argentina desde hace décadas”.