
En su editorial de hoy por YAQPA, Ernesto Tenembaum desmenuzó uno de los episodios más tensos de los últimos años en el fútbol argentino: la decisión de la AFA de consagrar a Rosario Central en un torneo improvisado y la reacción de Estudiantes de La Plata, que se negó a participar del tradicional “pasillo” protocolar. Para Tenembaum, lo que empezó como una polémica deportiva terminó exponiendo un modo de ejercer el poder que trasciende la pelota.
La decisión de la AFA y el estallido de la polémica
El conflicto se disparó cuando la AFA, presidida por Claudio “Chiqui” Tapia, decidió otorgarle a Rosario Central un título de forma acelerada, sin reglas claras y con criterios que, según diversos dirigentes, no estaban establecidos previamente.
Tenembaum remarcó que este tipo de definiciones “a dedo” no son nuevas y que el episodio forma parte de una conducción que maneja sanciones, ascensos y descensos con un nivel de discrecionalidad que deja a los clubes sin margen para cuestionar.
El gesto de Estudiantes y lo que revela
El momento más llamativo ocurrió cuando los jugadores de Estudiantes decidieron dar la espalda en el pasillo, un acto que dividió opiniones: para algunos, una falta de respeto; para otros, un gesto de coraje frente a una estructura de poder cada vez más verticalista.
Tenembaum interpretó ese acto como un síntoma de algo más profundo: un club que rompe el silencio frente a decisiones que considera arbitrarias, aun sabiendo que eso puede generar represalias dentro del sistema.
Fútbol, política y autoritarismo
El editorial también analizó la dimensión política del conflicto. A la interna del fútbol se sumaron las intervenciones públicas del presidente Javier Milei, la discusión por las sociedades anónimas deportivas (SAD) y un nuevo choque con Juan Sebastián Verón, una de las figuras más críticas del modelo que impulsa el Gobierno.
Para Tenembaum, la coincidencia entre estas tensiones muestra “una misma lógica”: estructuras de poder que castigan la disidencia, ya sea en la política o en el fútbol.
Una discusión que excede el deporte
El caso abrió un interrogante mayor: ¿qué tan sano es un sistema en el que la mayoría de los dirigentes evitan hablar por miedo a consecuencias futuras? Tenembaum sostuvo que la reacción de Estudiantes expone una incomodidad extendida, pero pocas veces explicitada.
El editorial concluye que, lejos de tratarse de una simple polémica futbolera, el episodio revela una forma de administración basada en la presión, la improvisación y el manejo discrecional. “El fútbol —dice Tenembaum— vuelve a ser el espejo perfecto de lo que pasa en la Argentina”.