
En su editorial de este miércoles en Radio Con Vos, Ernesto Tenembaum analizó una serie de decisiones del Gobierno que, según advirtió, revelan una forma de gestionar el Estado con consecuencias profundas a largo plazo. El eje del planteo estuvo puesto en la destrucción de la ciencia básica, la orientación del presupuesto nacional y un modelo político que, bajo la bandera del equilibrio fiscal, termina favoreciendo a los sectores más poderosos en detrimento de los más vulnerables.
Tenembaum sostuvo que, a diferencia de etapas previas marcadas por la confrontación discursiva, el Gobierno actual avanza ahora sobre políticas estructurales que merecen un debate de fondo. “Dejó el costado más agresivo y ahora estamos discutiendo decisiones que organizan la sociedad”, señaló, y remarcó la importancia de analizar no solo el impacto inmediato sino también los efectos que se incuban hacia el futuro.
Ciencia básica y una comparación con los ferrocarriles de los 90
Uno de los puntos centrales del editorial fue la decisión oficial de desfinanciar la ciencia básica, una política que Tenembaum calificó como “calamitosa” a largo plazo. Para ilustrar sus consecuencias, la comparó con la desarticulación del sistema ferroviario durante la década del 90, una medida que en su momento ayudó a reducir el déficit y la inflación, pero que terminó generando costos estructurales enormes para el desarrollo del país.
Según explicó, hoy ocurre algo similar: en nombre del equilibrio fiscal se toman decisiones que pueden no generar un impacto inmediato en la vida cotidiana, pero que condicionan seriamente el futuro productivo, científico y tecnológico de la Argentina. “Todo el mundo habla de desarrollo científico como un activo estratégico, y nosotros lo estamos destruyendo”, advirtió.
El presupuesto como radiografía del modelo de país
Tenembaum también se detuvo en el debate del Presupuesto 2026, al que definió como una radiografía del modelo de país que impulsa el Gobierno. En ese marco, destacó la intervención del diputado Nicolás Massot, quien denunció una fuerte inequidad en la asignación de recursos.
Entre los ejemplos mencionados se encuentran la negativa a financiar leyes vinculadas a universidades, discapacidad y hospitales pediátricos, frente a la existencia de recursos para reducciones impositivas a grandes empresas, exenciones fiscales y el aumento de fondos reservados. “No es que no hay plata: hay plata para algunas cosas y no para otras”, sintetizó Tenembaum.
Equilibrio fiscal, ganadores y perdedores
El editorial cuestionó la idea del equilibrio fiscal como un dogma incuestionable. Tenembaum aclaró que el orden fiscal es deseable, pero recordó que incluso los países más conservadores del mundo suspendieron esa regla en contextos críticos. En ese sentido, planteó que el problema no es solo cuánto se gasta, sino cómo y para quién.
Según su análisis, el presupuesto y las reformas impulsadas muestran un patrón reiterado: alivio para los sectores más concentrados de la economía y recortes para áreas sensibles como educación, ciencia, discapacidad y obra pública básica. “Entre los ricos y los débiles, el gobierno elige sistemáticamente a los ricos”, afirmó.
Un fenómeno global: la ultraderecha que se come a la derecha
Hacia el final, Tenembaum amplió la mirada y contextualizó el escenario argentino dentro de un fenómeno global: el avance de la ultraderecha, que termina desplazando a las derechas tradicionales en distintos países. Citó los casos de Estados Unidos, España, Alemania y el Reino Unido, donde liderazgos extremos crecieron capitalizando el descontento social.
En ese marco, sostuvo que la Argentina no es una excepción y que el actual Gobierno forma parte de esa tendencia internacional, caracterizada por el enojo social, el rechazo al sistema y la búsqueda de figuras que prometen romperlo todo. “La gente está votando a los que están más a la derecha que la derecha”, concluyó.