
El periodista Ernesto Tenembaum dedicó su editorial de este lunes en YAQPA a analizar el avance de los discursos de ultraderecha en distintos países del mundo. Según explicó, lo que hace apenas unos años parecía una expresión minoritaria, hoy ocupa el centro del poder político y cultural.
Tenembaum trazó un recorrido que une a Donald Trump, Jair Bolsonaro y Javier Milei, a partir de un mismo entramado ideológico: la exaltación del individualismo, el rechazo a los derechos de las minorías, la negación del cambio climático y una estrategia comunicacional basada en la confrontación y la desinformación. “Lo que antes era un margen del debate público, hoy se sienta en los sillones del poder y marca agenda”, advirtió.
Un fenómeno global que llegó para quedarse
En su análisis, el conductor de Radio Con Vos repasó cómo la ultraderecha internacional ha logrado construir un relato atractivo para sectores desencantados con la política tradicional. En ese sentido, mencionó la reciente Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), realizada en Buenos Aires, como un símbolo de esa expansión global.
“Allí se escucharon discursos que hace una década hubieran resultado impensables en un foro político serio”, señaló Tenembaum, en referencia a las intervenciones de figuras locales e internacionales que reivindicaron la persecución de líderes progresistas, el ataque a la prensa y el negacionismo de la dictadura militar.
El periodista subrayó que no se trata de un fenómeno aislado, sino de una red ideológica y comunicacional que se retroalimenta entre países. “Las ultraderechas del mundo están conectadas. Comparten ideas, estrategias y financiamiento. No es casualidad que usen las mismas palabras, los mismos enemigos y hasta los mismos gestos”, explicó.
Milei, entre el discurso libertario y la agenda conservadora
Tenembaum también se refirió al caso argentino y al lugar que ocupa Javier Milei en ese mapa político global. Según el conductor, si bien el presidente mantiene un discurso económico liberal, en la práctica su gobierno “adopta muchos de los códigos simbólicos y retóricos de la ultraderecha internacional”.
“El negacionismo del cambio climático, la burla al feminismo, la demonización del Estado, el desprecio por el periodismo crítico y el ataque constante a la educación pública no son ideas nuevas. Son el mismo manual que usan Trump, Bolsonaro o Vox en España. Lo que cambia es el idioma”, señaló Tenembaum.
Además, alertó sobre la naturalización de discursos violentos que antes se consideraban inadmisibles en el debate democrático. “Hoy se puede decir casi cualquier cosa y recibir aplausos. Se perdió el filtro ético, la vergüenza pública”, reflexionó.
Un nuevo lenguaje del poder
Para Tenembaum, uno de los grandes desafíos de esta época es entender cómo la ultraderecha logró apropiarse del lenguaje de la rebeldía y del sentido común, construyendo una narrativa que presenta a los sectores más poderosos como víctimas del sistema.
“Es un cambio cultural profundo: logran que las personas comunes sientan que defienden su libertad cuando, en realidad, están defendiendo los intereses de las élites más concentradas”, afirmó.
El conductor cerró su editorial con una advertencia: “No hay que subestimar este fenómeno. Ya no es un grupo marginal de provocadores en redes sociales. Es poder real, con capacidad de decisión, con recursos y con una narrativa que seduce. Si no se lo analiza con profundidad, puede terminar vaciando la democracia desde adentro”.