
En su editorial de este lunes, Ernesto Tenembaum abordó uno de los episodios más tensos y ruidosos que vivió el fútbol argentino en los últimos tiempos: la creciente rebelión contra el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia. Lo hizo desde un costado particular, porque el caso involucra directamente a Estudiantes de La Plata, club del cual es hincha. Sin embargo, el conductor de ¿Y Ahora, Quién Podrá Ayudarnos? planteó un diagnóstico más amplio: algo profundo se está quebrando en la estructura de poder del fútbol local.
Tenembaum repasó el detonante del escándalo: la decisión unilateral de Tapia de declarar campeón anual a Rosario Central, un torneo que —según explicó— “no existía” y que no había sido votado en ninguna instancia formal. Salvo Estudiantes, encabezado por Juan Sebastián Verón, ningún club se atrevió a oponerse públicamente. La respuesta de la AFA fue inmediata y disciplinadora: obligó al equipo platense a realizar el pasillo de campeón. La escena terminó convirtiéndose en un símbolo inesperado: los jugadores pincharratas dieron media vuelta y le mostraron la espalda al campeón designado, frente a un Gigante de Arroyito repleto.
Ese gesto —que Tenembaum definió como “épico” y “de resistencia”— se combinó con lo ocurrido el fin de semana en otros estadios, donde hinchadas de Vélez y San Lorenzo insultaron a Tapia en medio de decisiones arbitrales muy cuestionadas. Para el periodista, la repetición sistemática de fallos polémicos a favor de los mismos equipos expone un deterioro institucional que ya no se puede tapar.
El editorial también incluyó una advertencia sobre un actor clave de esta coyuntura: Ángel Di María. Aunque Tenembaum resaltó su enorme trayectoria y su idolatría popular, planteó que su regreso al fútbol argentino lo coloca en el centro de un clima enrarecido, donde cada caída, cada protesta y cada roce es leído políticamente.
Finalmente, el conductor destacó que el conflicto ya excedió al ámbito deportivo: dirigentes, periodistas, políticos de distintas fuerzas e hinchas de múltiples clubes están apuntando al mismo lugar. Según Tenembaum, “algo se rompió” y la capacidad de disciplinamiento de la AFA ya no parece tan sólida como antes. El fútbol argentino, concluyó, atraviesa un momento bisagra.