
El cuerpo del papa Francisco ya fue trasladado a la basílica de San Pedro desde la residencia Santa Marta, donde permaneció en primer lugar. La procesión, que lo llevó al punto donde permanecerá por tres días, fue seguida por un servicio dirigido por el camarlengo Kevin Joseph Farrell.
El grupo recorrió la plaza de Santa Marta y la plaza de los Protomartiri Romani, pasando por el Arco de las Campanas para finalmente ingresar en la plaza de San Pedro, antes de entrar en la basílica por la puerta central.

El ataúd del papa Francisco fue depositado en el altar de la confesión, un espacio ubicado frente al altar mayor, sobre la tumba de San Pedro. Los cardenales presentes se acercaron de a dos para expresar sus respetos.
Ya para ese entonces, miles de personas esperaban fuera de la basílica para despedirse, hasta que a las 11 de la mañana, hora italiana, abrió oficialmente sus puertas.