
Desde este viernes 27 de junio, “Traslados”, el documental que reconstruye con crudeza y sensibilidad los vuelos de la muerte perpetrados durante la última dictadura militar argentina, comienza a proyectarse en salas de cine de España. La obra, dirigida por Nicolás Gil Lavedra y basada en una idea original de la actriz y productora Zoe Hochbaum, busca mantener viva la memoria de las víctimas y dialogar con las nuevas generaciones sobre una de las formas más aberrantes del terrorismo de Estado.
Con producción de Zoe Hochbaum y Milagros Hadad, el largometraje se centra en el mecanismo sistemático que utilizó la dictadura para hacer desaparecer personas: subirlas sedadas a aviones militares y arrojarlas vivas al Río de la Plata o al mar. Esa metodología, conocida como los vuelos de la muerte, fue parte clave del plan represivo.

“Traslados habla con esperanza de la búsqueda de justicia, de reparación para las familias y para nuestra historia”, explicó Gil Lavedra en diálogo con la agencia EFE. El documental condensa años de investigación judicial, archivos dispersos y testimonios clave, con una propuesta visual que combina entrevistas, material inédito, animaciones y recreaciones que intentan “dar voz a la ausencia”.
Entre los testimonios que se destacan están los del juez federal Daniel Rafecas, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y el piloto y cineasta Enrique Piñeyro, quien fue clave en uno de los momentos más conmovedores del filme: la localización, en 2023, del avión Skyvan PA-51, utilizado en esos siniestros operativos.

La película se proyectará en salas de Madrid (Embajadores Rio, Golem, Cines Verdi), Barcelona (Cine Verdi), Valencia (ABC Park), Pamplona (Yamaguchi), Majadahonda (Cines Zoco), Valladolid (Broadway, Manhattan) y Lleida (Funatic).
Reconocida en festivales internacionales como San Sebastián, Málaga, Varsovia, Palm Springs y Seattle —donde obtuvo una Mención Especial del Jurado—, Traslados también fue premiada en Argentina con el Martín Fierro al Mejor Documental y el Premio Ana Frank por su aporte a la memoria colectiva.
“Sin memoria no se puede avanzar”, sentencia Gil Lavedra al reflexionar sobre el documental.