Alejandro Bercovich analizó la reforma laboral impulsada por el Gobierno y advirtió que no busca modernizar el trabajo sino “flexibilizar y precarizar” las condiciones laborales. Según el periodista, el proyecto “disciplinará a la fuerza de trabajo, reducirá el poder de los sindicatos y agravará la desigualdad”, al tiempo que se apoya en una “ilusión de libertad” que en realidad encubre nuevas formas de explotación.
Bercovich desmenuzó esos discursos: por un lado, la idea de que la reforma se ajusta mejor a “la mentalidad emprendedora” de muchos trabajadores que no se sienten parte de la clase trabajadora tradicional; y por otro, el argumento de que la reforma “incluiría a los que hoy están afuera” del sistema formal. Frente a esto, el conductor fue tajante: “La verdad es que no es así, no les da derechos a los que no tienen derechos; les rebaja los suyos a los que sí los tienen”.
El economista recordó que “los puestos de trabajo no se crean a partir de una legislación más flexible”, sino “cuando la economía crece”. En ese sentido, Bercovich subrayó que las reformas laborales regresivas nunca generaron más empleo ni formalidad: “Ninguna de esas reformas flexibilizadoras trajo ni más empleo ni más formalidad; al revés, aumentaron el desempleo y la informalidad”.
En otro tramo, el periodista citó al economista Daniel Kotzer, quien advirtió que el nuevo paradigma laboral busca “disciplinar a la fuerza de trabajo” y “reducir el poder de los trabajadores organizados”. En esa línea, Bercovich citó al filósofo surcoreano Byung-Chul Han para reflexionar sobre la “autoexplotación disfrazada de libertad”: “Uno se imagina que es libre, pero en realidad lo que hace es explotarse a sí mismo voluntariamente y con entusiasmo, hasta colapsar”.
Bercovich contrapuso el modelo propuesto por el oficialismo con las experiencias de otros países que avanzan hacia reformas laborales progresivas: “Hay países donde se han animado a garantizar el derecho al descanso y a la desconexión. En cambio, acá lo que rige es la más completa ley de la selva”.
Cerró su editorial con una frase que condensó su mirada sobre el sentido político de la reforma: “La desigualdad es una decisión política. Y lo que están haciendo con esta reforma, otra vez, es en nombre de la libertad hacernos un poquito más esclavos”.