
En nuestra ya habitual sección “EMPRESAS ESENCIALES” de Va Por Vos, Sergio Rosso y Oscar Orquera conversaron con Jorge Toledano de Tole SA, para conocer su historia, cómo transitó y de qué manera reconvirtió su empresa de publicidad durante la pandemia.
Tole SA es una empresa de publicidad y comunicación visual que desde hace casi 40 trabaja con varias de las principales marcas del país y, como le pasó a tantos otros, debió rearmar su PYME familiar: “El inicio de la pandemia fue muy duro para nosotros: estuvimos un mes cerrados con todo parado. No había trabajo y retomar fue muy difícil”, recuerda Toledano.
¿Cómo fueron esos primeros tiempos de COVID-19?
Fue muy difícil y angustiante todo. De un día para el otro nos quedamos sin trabajo y con todo parado. Nuestros clientes padecían la misma incertidumbre desesperante que nosotros y no teníamos manera de sostener nuestra estructura. En ese momento éramos 30 en Tole y nos era imposible afrontar los salarios, el alquiler y los costos de la empresa.
Por primera vez en los cuarenta años de la empresa nos planteamos seriamente cerrar. Y no fue la única durante el año pasado. Nunca nos había pasado; con todos los vaivenes que tuvo este país y siempre fuimos para adelante. Fue realmente desesperante: Tole es una empresa familiar, trabajan mi esposa, mis dos hijos, mi cuñada y empleados con muchos años de antigüedad.
¿Cómo fue que retomaron la actividad?
Cuando el Gobierno decretó el ASPO a medida que iban pasando los días y se iban dando cuenta de las necesidades, habilitaban servicios esenciales. Nuestra actividad cayó dentro de una clasificación de provisión e instalación de señalética preventiva COVID. Recién a partir de ahí estuvimos habilitados para trabajar.
Así que tuvimos que reconvertir nuestra producción para diseñar y armar elementos de protección. Comenzamos a proveer a empresas de mamparas protectoras y acrílicos para mostradores y escritorios y señalética preventiva. Ahí reapareció uno de nuestros principales clientes, Aeropuertos Argentina, que nos solicitó la realización de toda la señalética COVID-19 de Ezeiza y Aeroparque. Los aeropuertos estaban cerrados y necesitaban restructurar todo para volver a operar.
¿Ahí empezaron a ver una luz en el camino?
Se reactivó, que no era poco y muy importante. Pero estábamos muy lejos de nuestros volúmenes habituales de producción y ni hablar de facturación. A partir de ahí de a poco nos fuimos convirtiendo en “especialistas en prevención de COVID. Y le dimos servicio a varias clínicas, hospitales e instituciones vinculadas con la salud. Todo eso ocurrió en pleno pico de la pandemia, así que para nosotros eso fue meternos literalmente en la boca del lobo. Había mucha incertidumbre, no habían aparecido las vacunas y los riesgos de contagiarnos eran muy altos.
¿Cómó estás viendo esta salida de la pandemia en cuanto a lo económico? ¿Ves una reactivación?
Mirá, la veo muy difcíl y volátil todo. Lamentablemente para los que tenemos empresas se convirtió en algo habitual esta situación. Sufrimos muchas crisis, devaluación, cepos, pero de alguna manera u otra intentamos seguir y sacar esto adelante. En nuestro caso, todavía no se estabilizó la cosa: estamos con deudas de créditos que tuvimos que tomar y retomando muy de a poco la actividad en nuestra empresa, ya trabajando con los diseños, producción e implementación de cartelerías en comercios de alto tránsito como estaciones de servicio y aeropuertos y, afortunadamente, sin hacer señalética por el COVID-19.