
En medio de las ofensivas de Javier Milei contra periodistas —a quienes aseguró que “no se odia lo suficiente”—, Reynaldo Sietecase dedicó su editorial en La Inmensa Minoría a reflexionar sobre los límites del discurso presidencial y la escalada de violencia simbólica.
“Milei no es un dictador, pero habla como un dictador, gesticula como un dictador. Se comporta como un energúmeno vociferante y pendenciero. Hay algo bestial y a la vez calculado en sus maneras”, definió el periodista.
El editorial se da en un contexto de creciente tensión entre el gobierno y los medios: el propio presidente denunció penalmente a figuras como Carlos Pagni, Viviana Canosa y Ari Lijalad.
Sietecase advirtió que “en su estrategia, hay que atacar a los periodistas para que ninguna crítica, por más fundada que esté, pueda afectarlo: ni la escandalosa estafa con $Libra, ni los nombramientos por decreto en la Corte Suprema, ni el acuerdo con Rovira para que caiga el proyecto de Ficha Limpia, ni las denuncias en el PAMI que cada vez se extienden más”.
En ese sentido, remarcó que el discurso oficial busca erosionar cualquier tipo de disidencia: “La lógica que intenta imponer es que todos los periodistas mienten, son ensobrados, y los únicos que dicen la verdad son los integrantes de las fuerzas del cielo”.
También se preguntó si esta estrategia comunicacional sigue generando adhesión: “Hizo campaña a las puteadas. Lo curioso es que siga pensando que eso le da rédito. Yo me pregunto si de verdad esto le agrada a quienes lo votaron. Quiero pensar que la mayoría de quienes lo votaron no son así de maleducados”.
Sietecase cerró con una frase que sintetiza su preocupación: “A mí me da vergüenza escucharlo hablar”.